Soy psiquiatra y tengo la suerte de trabajar con mujeres maravillosas
Reformulo: Soy psiquiatra y tengo la suerte de trabajar para mujeres maravillosas.
Mujeres guapas siempre, con la subjetividad e imperfección de la belleza verdadera.
Mujeres a las que apetece siempre mirar, aunque ellas no lo crean.
Mujeres a las que apetece mirar a los ojos y que antes de que lo hayan podido evitar, ya se han dejado ver el corazón.
Mujeres grandes, con sufrimientos grandes y bocas pequeñas para contarlos.
Vidas perfectas enraizadas en infancias tristes, frías, exigidas o invisibles que han construido mujeres perfectas, sobreadaptadas, en las que fallar supone un temor atenazante.
Muchas cosas en común que empiezan con la misma escena : Franquean la puerta con una cara que pide disculpas y traduce un
“Perdona, no te voy a quitar mucho tiempo. Lo mío no es tan importante, con las cosas que debes escuchar aquí…”
Ese es siempre el principio, y a partir de aquí tejemos historias de confianza y comprensión donde la inseguridad, el miedo y el temor a no ser perfectas se convierten aquí en su mejor baza en vez de en su mayor debilidad.
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